jueves, 19 de diciembre de 2013

¿Dónde está tu gloria para que te adore?

La Perla de gran precio es un libro que en particular me parece lo que su nombre indica tiene tesoros de sabiduría extraordinarios, uno de ellos está en el primer capítulo del libro de Moisés.


Esté relata una de las reuniones que tuvo Moisés con Jehová y como habló con Él cara a cara, y después de su reunión con el Salvador, entonces viene Satanás, y le dice: Moisés, hijo de hombre, adórame.

El relato continua diciendo que Moisés miro a Satanás y le dijo: ¿Quién eres tu?, porque, yo soy un hijo de Dios, a semejanza de su Unigénito. y ¿Dónde está tu gloria para que te adore? más adelante le dice " y por otra parte, ¿dónde está tu gloria?, porque para mí es tinieblas. Y puedo discernir entre tú y Dios;" y después le dice: "Vete de aquí, Satanás; no me engañes;"

La sola idea de estar en la presencia de ese ser causa escalofríos, sin embargo todos nos enfrentamos a él y a sus huestes en numerosas ocasiones, no lo vemos con nuestros ojos naturales y no nos pide directamente que le adoremos, sin embargo lo hace.

En la conferencia general de octubre de 2013 el élder Dallin H Oaks dice que cuando tenemos otras prioridades antes que a Dios, lo ofendemos pues estamos dándoles honra antes que a Dios, estamos adorando a algo mas que nuestro Dios, y por tanto aceptando la invitación de Satanás de adorarlo. Élder Oaks pone algunos ejemplos:
  • Tradiciones culturales y familiares.
  • Lo políticamente correcto.
  • Aspiraciones profesionales.
  • Posesiones materiales.
  • Actividades recreativas.
  • Poder, prominencia y prestigio.
Y después agrega que si tenemos una prioridad suprema que no sea Dios, si hemos olvidado seguir al Salvador, quien enseñó que si lo amamos, guardaremos sus mandamientos, si no establecemos nuestras prioridades conforme a Su plan, corremos el riesgo de estar adorando a otros dioses.

¿Cómo nos engaña Satanás?

Lo hace por muchos medios como la televisión, la opinión de científicos, la publicidad, el internet, los amigos, e incluso a veces por nuestra propia familia. Nos hace creer que somos especiales y que las normas no se aplican a nosotros, que estamos por encima del promedio y que las reglas y mandamientos solo se aplican a ellos.

Nos hace pensar que dado que no estamos haciendo cosas malas, esta bien lo que hagamos, aún cuando dejemos de hacer lo que Dios mando, a veces somos como Caín que ofreció un sacrificio a Dios, pero solo cuando Satanás se lo pidió.

Alguien dijo que Satanás llena nuestra vida de cosas urgentes para que no tengamos tiempo para las importantes.

Ahora que empieza un nuevo año, pongamos en orden nuestras prioridades de tal manera que podamos servir y adorar al único Dios verdadero, quien es un Dios de gloria y no falsas imitaciones, como baal, del que el profeta Elías dijo a sus sacerdotes que tal vez estaba dormido para escucharles.

Que podamos ser verdaderos discípulos del Salvador del mundo, quien dio su vida por cada uno de nosotros.


Disminuir el poder de Satanás

El presidente George Q. Cannon dijo: “Cada piedra angular que se coloca en un templo, y cada templo que ha sido finalizado … disminuye el poder de Satanás en la tierra, y aumenta el poder de Dios y de la Divinidad” (George Q. Cannon, en la ceremonia de la piedra angular del Templo de Logan, 19 de septiembre de 1877, Nolan Porter Olsen, Logan Temple: The First 100 Years, 1978, pág. 34).

El poder de satanás disminuye también cada vez que se crea una nueva estaca, en Doctrina y convenios 115:5-6 dice: Levantaos y brillad, para que vuestra luz sea un estandarte a las naciones; a fin de que el recogimiento en la tierra de Sión y sus estacas sea para defensa y para refugio contra la tempestad y la ira, cuando sea derramada sin mezcla sobre toda la tierra.

Al igual cuando un nuevo barrio es creado aumenta el poder de Dios, más aún cuando una persona se bautiza, un hermano recibe el sacerdocio, o alguien va al templo el poder de satanás se reduce, aún cada vez que alguien participa dignamente de la santa cena disminuye el poder de Satanás y aumenta el poder de Dios.

¿Hasta donde podemos aspirar a disminuir el poder del adversario?

DyC 101:26 dice: "y en ese día Satanás no tendrá poder para tentar a ningún hombre." y Nefi explica: "y a causa de la rectitud del pueblo del Señor,  Satanás no tiene poder; por consiguiente no se le puede desatar por el espacio de muchos años; pues no tiene poder sobre el corazón del pueblo, porque el pueblo mora en rectitud, y el santo de Israel Reina. 1 Nefi 22:26


La GEE dice de la rectitud:  Ser justo, santo, virtuoso, íntegro; obedecer los mandamientos de Dios; evitar el pecado. 



Ahora explicaré en que se relaciona la construcción de templos, la creación de estacas y barrios con disminuir el poder de satanás;

"Los convenios", cada vez que hacemos convenios nuestra capacidad de ser rectos aumenta, y por tanto el poder del destructor disminuye, cuando nos bautizamos y recibimos el don del Espíritu Santo, tenemos derecho a tener la compañía de este ser celestial, cuando servimos honorablemente en el templo dice DyC 109, que salimos investidos con poder de lo alto, y que los ángeles nos guardan; aún cuando participamos de la santa cena dice la promesa que tendremos siempre su espíritu con nosotros y por tanto nuestras posibilidades de ser rectos crecen.

En DyC 45:26 dice: " Y en ese día se oirá de guerras y rumores de guerras, y toda la tierra estará en conmoción, y desmayará el corazón de los hombres y dirán que Cristo demora su venida hasta el fin de la tierra. "

Aún no llegamos a este punto, pero no falta mucho, y para que Cristo venga debemos estar preparados de modo que Satanás no tenga poder. Es por eso que el recogimiento de Israel debe acelerarse, Acelerar la obra de Salvación, por eso debemos rescatar a aquellos que no están con nosotros hoy. 

Por eso debemos ayudar a que más personas miembros y no miembros vengan a Cristo, y por tanto haya más barrios y más estacas que nos protejan de la tempestad y de la ira que ciertamente está viniendo sobre la tierra.

En los primeros días de la Iglesia, cuando había tan sólo unos pocos miembros, el profeta José Smith dijo a un grupo de hombres: “Concerniente a los destinos de esta Iglesia y reino, no sabéis mas de lo que sabe un infante que esta en brazos de su madre, no lo comprendéis, no veis aquí esta noche mas que un puñado de poseedores del Sacerdocio, pero esta Iglesia llenara América del Norte y del Sur, llenara toda la tierra”. (Tal como lo citó Wilford Woodruf, Conference Report, abril de 1898, pág. 57.)

Seguimos sabiendo algo parecido, la piedra que rodó del monte está llenando toda la tierra, y seguirá haciéndolo, con nuestro ayuda o sin ella. Ya sea que participemos o solo lo veamos. Sin embargo DyC dice también que si trabajamos todos nuestros días predicando el arrepentimiento a este pueblo y le traemos aún cuando fuere una sola alma, cuan grande será nuestro gozo, y ahora bien si vuestro gozo será grande un una sola alma que me hayáis traído al reino de mi Padre, cuan grande no será vuestro gozo si me trajereis muchas almas.

Nota: Barrio Pachuquilla
El Señor espera que haya un nuevo barrio, y no solo eso espera una nueva estaca y es nuestra responsabilidad lograrlo, el no va a esperar, la gente ya está lista, solo hace falta que los invitemos.

martes, 15 de octubre de 2013

El décimo justo

En el libro de Génesis en el Antiguo Testamento se relata un muy interesante diálogo entre Jehová y Abraham, donde El Señor le dice que destruirá Sodoma a causa de su iniquidad; Abraham entonces le pregunta ¿Destruirás al justo con el malvado? y le dice quizás haya 50 justos dentro de la ciudad, ¿destruirás también el lugar y no lo perdonarás por amor a cincuenta justos que haya dentro de él? y el Salvador le dice que si hallare en Sodoma 50 justos dentro de la ciudad, perdonaré a todo este lugar por amor a ellos.


Aquí es donde viene la parte más interesante de la historia; Abraham empieza a regatear con el Señor, quizás de 50 justos falten 5, quizás se hallen allí 40, quizás se hallen allí 30, quizás se hallen allí 20, quizás se hallen 10; y el Señor le contesta: No la destruiré por amor a los diez.

El lado trágico de la historia es que no se encontraron esos 10 justos, por lo que Jehová hizo llover fuego y azufre sobre la ciudad,  Salvándose solo Lot y sus hijas, y siendo destruida también su esposa por haber mirado atrás cuando huían de la ciudad.

Muchas veces al ver el mundo en el que vivimos, y ver todas las catástrofes naturales que ocurren viene a mi mente esta historia. Me pregunto ¿Esta Dios destruyendo alguna ciudad a causa de la iniquidad? ¿En que punto está la ciudad en que vivo? ¿y mi vecindario? ¿mi familia? Si alguien intercediera por mi ciudad ¿habría 10 justos? y pienso tal vez allá nueve y yo sea que hace falta para salvarnos. ¿Podría ser el décimo justo? o quizás la ciudad deba ser destruida porque falto uno, (yo mismo). 

Con frecuencia pienso en esa responsabilidad que tengo de ser el décimo justo en la ciudad y entonces siento pesar por mis faltas y trato de enmendarlas. ¡Gracias al Salvador por su Expiación!

El otro tema que viene a mi mente es lo que paso con la esposa de Lot, a ella se le permitió salir de la ciudad, tuvo la oportunidad de salir y arrepentirse, pero no pudo evitar mirar atrás. y pienso, ¿estoy aprovechando la oportunidad de cambiar mis malos hábitos y mis "pecados favoritos"? o ¿me convertiré en estatua de sal? habiendo tenido la oportunidad de huir.

En tercer Nefi 9 después de las destrucciones que siguieron a la muerte del Salvador,  Él  les dice ¡Oh vosotros que habéis sido preservados porque fuisteis más justos que ellos!  ¿no os volveréis a mi ahora, y os arrepentiréis de vuestro pecados y os convertiréis para que yo os sane?

No prejuzgo sobre la dignidad de aquellos que han muerto en los desastres naturales, porque el Señor nunca ha prometido inmunidad a los justos. la pregunta hoy es: todos vosotros que tenéis una nueva oportunidad, ¿no os volveréis a mi ahora, y os arrepentiréis de vuestro pecados y os convertiréis para que yo os sane?


En ocasiones tenemos esos pecados favoritos, que todos sabemos que debemos dejar, pero que nos contentamos con pensar que lo haremos más adelante, que dado que vamos a la iglesia cada domingo, tal vez tenemos un llamamiento y lo cumplimos, a veces ayunamos y pagamos una ofrenda, no hemos matado a nadie, etcétera, pensamos que somos buenos y que después dejaremos de hacer eso que sabemos que debemos dejar, o empezaremos a hacer aquello que sabemos que deberíamos hacer. 

Nos engañamos a nosotros mismos, como dice el Libro de Mormón pensamos "comed, bebed y divertiros" luego nos arrepentiremos. La historia humana nos demuestra repetidamente que cuando vengan las adversidades, estaremos casándonos y dándonos en casamiento, como el pueblo en la época de Noé.

Alma nos exhorta a no demorar el día de nuestro arrepentimiento, porque si no lo hacemos y morimos en nuestros pecados, entonces será eternamente tarde ya y no habrá oportunidad, más aún Mormón nos enseña que hay ocasiones en que podemos llegar al punto irreversible donde ya no tendremos el deseo de arrepentirnos y nuestra destrucción estaría asegurada.

El Salvador del mundo dio su vida, la vida del único ser perfecto que ha caminado en esta tierra, para que no padezcamos si nos arrepentimos, padeciendo más de lo que un hombre puede padecer sin morir y deseando no beber de la amarga copa, solo para que tengamos la oportunidad de arrepentirnos y que nos sean perdonados nuestros pecados y podamos volver a casa limpios y sin mancha.


¡Que podamos ser el décimo justo que nuestra ciudad necesita para no ser destruida! ¡Que tengamos la voluntad de de volvernos al Salvador y arrepentirnos de lo que tengamos que arrepentirnos y convertirnos para que Él, nuestro Salvador nos sane!

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Cinco maneras de detectar y evitar el engaño doctrinal


Por Ryan Morgenegg, escritor del staff del Church News

Versión Original en Inglés
Publicado en la página de la Iglesia en la sección de noticias.

Traducción libre por Carlos Eliú Ang Ángeles



En el último día de la Semana de la Educación del Campus de la Universidad Brigham Young, Robert L. Millet, autor y profesor de la Universidad Brigham Young, hizo una presentación sobre cinco puntos que los Santos de los Últimos Días pueden utilizar para evitar el engaño doctrinal en la Iglesia. Dijo que las banderas rojas deben encenderse en las cabezas de los miembros cuando se encuentran con cosas que no son suenan como doctrina.

El hermano Millett dijo que un sábado por la mañana, recibió una llamada del élder Neal A. Maxwell, del Quórum de los Doce. El Élder Maxwell estaba preocupado acerca de un libro que había recibido mucha atención y se había ganado una especie de culto. Le preguntó al Millett si sabía de él y lo que él pensaba. El hermano Millett dijo: "Élder Maxwell, francamente, tiene un montón de problemas doctrinales".

Élder Maxwell dijo: "Nunca deja de sorprenderme cuán crédulos pueden ser los Santos de los Últimos Días. Nuestra falta de sofisticación doctrinal nos convierte en una presa fácil para esas modas. "Hermano Millet explicó que los Santos de los Últimos Días deben constantemente estudiar minuciosamente las Escrituras para aprender la doctrina, para que no sean engañados.

Tarde o temprano alguien viene reclamando una nueva revelación, una nueva doctrina, o una nueva forma de vida, dijo el hermano Millett. Preguntó cómo los miembros pueden determinar si algo es de Dios. Propuso cinco preguntas que una persona puede hacer para determinar si algo es falso.

1. ¿Está  la persona que reclama la revelación actuando dentro de los límites de su respectiva responsabilidad? Hay un patrón específico que el Señor usa para la revelación, dijo el hermano Millett.  Preguntó a la audiencia si podían imaginar si todo el mundo recibe revelación sobre cualquier parte de la Iglesia. Sería un caos total, dijo. Luego citó a José Smith: "Es contrario al sistema de Dios que un miembro de la Iglesia, o cualquier otro, reciba instrucciones para aquellos que tienen una autoridad mayor que ellos mismos."

2. ¿Es la persona que recibe la revelación, digna de recibir esta?
El Hermano Millett citó Doctrina y Convenios 52:14-15: "Y además, te daré una norma en todas las cosas, para que no seáis engañados, porque Satanás anda por la tierra, y él va entre engañando las naciones, por lo cual, al que ora, cuyo espíritu es contrito, yo lo acepto, si obedece mis ordenanzas"

3. ¿Está la comunicación en armonía con los libros canónicos y las enseñanzas de los profetas?
Dejen las excepciones a los profetas, aconsejó el hermano Millett. El élder [Bruce R.] McConkie enseñó a permanecer dentro de la corriente principal de la Iglesia". Él aconsejó a los alumnos a tener cuidado de nuevas interpretaciones de las Escrituras o de personas que afirman algo fuera de la corriente principal de la Iglesia les trajo una espiritualidad más profunda.

4. ¿La revelación edifica o instruye?
¿Es consistente con la dignidad que debe estar asociada con una revelación de Dios? Dios no obra en contra de sí mismo, dijo el hermano Millett.

5. ¿La comunicación  edifica la fe de una persona y fortalecer su compromiso?
Si lo que la persona está diciendo debilita la fe en Cristo o la voluntad de seguir a los líderes de la Iglesia o el deseo de hacer lo que es correcto, no es de Dios, dijo el hermano Millett.

Por último, sugirió observar los frutos producidos por seguir una revelación en particular. ¿Te hace sentir más cerca de Dios? ¿Te eleva y motiva a ser una mejor persona? ¿Sientes el Espíritu? "Que no seamos engañados, aspiramos a los dones del Espíritu, especialmente el don de discernimiento", dijo.

Joseph Smith dio un indicador clave para ayudar a evitar el engaño, dijo el hermano Millett. Joseph dijo: "El hombre que se levanta para condenar a los demás, criticando a la Iglesia, diciendo que está fuera del camino, mientras que él es justo, sabed de cierto que ese hombre está en el camino a la apostasía, y que sí no se arrepiente, apostatará así como Dios vive".

sábado, 14 de septiembre de 2013

Alimento Espiritual

Artículo publicado por el periódico ChurchNews de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días el 14 de Septiembre de 2013 en la sección ViewPoints Artículo Original en Inglés.

Traducción Libre por Carlos Eliú Ang Ángeles


En 1939 un cirujano residente de segundo año en el Hospital Municipal de Boston decidió investigar el efecto de la deficiencia de la vitamina C en la cicatrización de heridas.

Creyendo que el estudio debía incluir, al menos, tres sujetos,  Dr. John Crandon se  comprometió a eliminar la vitamina C de su propia dieta y pagó a dos adolescentes para hacer lo mismo. Pronto, sin embargo, el experimento tuvo un solo voluntario, ya que los jóvenes fueron vistos bebiendo jugo de naranja.

Sin embargo el  Dr. Crandon perseveró, en una dieta carente de vitamina C en la cafetería del hospital y en un delicatessen cerca.

El Dr. Crandon encontró que la vitamina C no existía en su plasma a los 41 días y en sus glóbulos blancos a los 82 días. En el día 90, se sometió a una cirugía, la extracción de una pequeña muestra de los músculos de la espalda para poner a prueba la cicatrización de heridas. Una biopsia 10 días después, sin embargo, reveló la curación normal de la herida.

Sin embargo, mantuvo en la dieta. Después de tres a cuatro meses desarrolló fatiga. En 134 días se dio cuenta de los cambios en la piel, en el día 155 de su presión arterial sistólica se redujo, en el día 162 comenzó sangrado debajo de la piel de sus piernas, y en el día 180 se desplomó y por un momento perdió el conocimiento.

En el día 182 se sometió a una repetición incisión en la espalda; una biopsia del sitio de 10 días después no mostró curación. En ese punto, mientras que permanecía en su dieta, el Dr. Crandon comenzó a recibir por vía intravenosa diaria de vitamina C. Una repetición de biopsia 10 días después mostró la curación normal.
Su experiencia  demostró que la deficiencia de vitamina C afecta la cicatrización de heridas y la reposición de la vitamina corrige el problema. (Diario de la Academia Americana de Dermatología, diciembre de 1999).

La deficiencia de vitamina C ha sido llamada escorbuto.

El escorbuto ha sido fuente de innumerables muertes en toda la historia, que afecta principalmente a aquellos que no pueden obtener alimentos frescos,  como marineros en el mar o naciones enteras atrapadas en el hambre o la guerra.

El escorbuto es un ejemplo de las enfermedades que pueden ocurrir cuando el cuerpo se priva de algún alimento esencial. Pero la lección que tiene otras aplicaciones. El mismo esfuerzo y alimento que le damos a nuestros cuerpos también tiene que ocurrir con nuestro espíritu.

"Ahora el espíritu, así como el cuerpo, tiene la necesidad de alimento constante. La comida de ayer no es suficiente para sostener las necesidades de hoy ", dijo el presidente Ezra Taft Benson en su 1984 discurso de la conferencia general de octubre (Enseñanzas de Ezra Taft Benson, p. 59-60).

El manual, "La enseñanza: el llamamiento más grande", enseña a los Santos de los Últimos Días que "nuestras almas se alimentan de lo que habla de Cristo y nos conduce a Él, ya sea que esté escrito en las Escrituras, hablado por los profetas de los últimos días o enseñado por  otros humildes siervos de Dios.  El Salvador mismo dijo: "Yo soy el pan de vida: el que a mí viene, nunca tendrá hambre, y el que en mí cree, no tendrá sed jamás" (Juan 6:35) (Lección 2: Nutriendo  el Alma).

El Salvador brinda fortaleza espiritual. El Salvador ofrece paz espiritual. El Salvador ofrece esperanza espiritual. Su amor, conocido como la caridad, supera todos los demás.

Las enfermedades espirituales de las que Él ofrece alivio son tan reales y tan mortales para nosotros como el escorbuto. En sus formas más leves, incluyen la soledad, la tristeza, el dolor y el pecado. Enfermedades más avanzadas se puede describir mejor como el aislamiento, la desesperación, la angustia y el pecado repetido.
Así como el Dr. Crandon descubrió señales tempranas, los síntomas y las advertencias del escorbuto, las enfermedades espirituales también tienen advertencias, incluyendo la frecuencia de la oración personal y el estudio de las Escrituras. ¿Conservamos sagrado el día de reposo? ¿Magnificamos nuestros llamamientos de la Iglesia? ¿Permitimos veneno espiritual en nuestras vidas por la elección de medios de comunicación inapropiados?

El Salvador es la respuesta a todos estos males.

El Nuevo Testamento registra el encuentro de Jesucristo con la mujer samaritana en el pozo de Jacob. El Salvador enseña  a la mujer que Él es la fuente de la vida eterna. "Respondiendo Jesús, le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed, pero el que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna "(Juan 4:13-14).

El presidente Harold B. Lee enseñó a menudo la importancia de nutrirnos espiritualmente. "Les ruego ... vivir cada día, de manera puedan recibir de la fuente de luz [el] alimento y fuerza suficiente para las necesidades de cada día", dijo. "Tómense el tiempo para ser santo cada día de sus vidas" (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Harold B. Lee, p 175).

Hoy en día, gracias a los avances médicos de los médicos como John Crandon, pocas personas mueren de enfermedades como el escorbuto. Entendemos que nuestro cuerpo necesita nutrimentos esenciales.
Nuestros espíritus no son diferentes.

En Moroni 6:4 leemos que después del bautismo, somos contados entre el pueblo de la Iglesia de Cristo, a fin de que "se hiciera memoria de ellos y fuera nutridos por la buena palabra de Dios."
Así como una deficiencia dificulta la cicatrización de heridas vitamina C y la reposición de la vitamina corrige el problema, nuestro espíritu necesita nutrirse constantemente para curar todas las formas de enfermedad espiritual.

En su discurso de clausura en la conferencia general de abril de 2009, el presidente Thomas S. Monson pidió a cada uno de nosotros para recordar este valioso principio: "Que puedan constantemente nutrir sus testimonios para que sean una protección para ustedes."


jueves, 5 de septiembre de 2013

La parábola del sembrador

En el nuevo testamento está la parábola siguiente:

...  He aquí, el sembrador salió a sembrar.  Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y se la comieron.  Y parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó en seguida, porque no tenía profundidad de tierra;  mas cuando salió el sol, se quemó; y se secó, porque no tenía raíz. Y parte cayó entre espinos, y los espinos crecieron y la ahogaron. Y parte cayó en buena tierra y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta y cuál a treinta por uno.

Esta parábola debió haber causado una impresión profunda en los primeros discípulos, tres de los cuatro escritores evangélicos la mencionan. Esta como todas las parábolas no habla de semillas y sembradores sino de nosotros, y la manera de nuestro discipulado. El Señor mismo la explicó.

Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo y arrebata lo que fue sembrado en su corazón; éste es el que fue sembrado junto al camino. Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra y de inmediato la recibe con gozo. Pero no tiene raíz en sí, sino que es temporal, y cuando viene la aflicción o la persecución por la palabra, en seguida se ofende. Y el que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra; pero el afán de este mundo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa. Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y el que da fruto y da uno a ciento, y otro a sesenta y otro a treinta por uno.

¿Cómo es la tierra de mi corazón? ¿es tierra junto al camino? o tal vez ¿es tierra de pedregales? o ¿el terreno de mi corazón está lleno de espinos?

Cuando uno quiere sembrar algo, limpia el terreno, lo abona y cuida lo que sembró. así es también con nuestro corazón, tal vez ya tenemos algún tiempo en la iglesia y "vivimos el evangelio", no tenemos un corazón junto al camino ni de pedregales, y la semilla pudo echar raíces, pero si no desyerbamos nuestro corazón podría llenarse de espinos.

Alma lo menciona en el capítulo 32 de su libro:  Mas si desatendéis el árbol, y sois negligentes en nutrirlo, he aquí, no echará raíz; y cuando el calor del sol llegue y lo abrase, se secará porque no tiene raíz, y lo arrancaréis y lo echaréis fuera.   Y esto no es porque la semilla no haya sido buena, ni tampoco es porque su fruto no sea deseable; sino porque vuestro terreno es estéril y no queréis nutrir el árbol; por tanto, no podréis obtener su fruto.

Es decir, podemos perder lo que ya sabemos, lo que fue sembrado en nuestro corazón por el Señor.


Y otra vez ¿Cómo es la tierra de mi corazón? ¿es tierra junto al camino? o tal vez ¿es tierra de pedregales? o ¿el terreno de mi corazón está lleno de espinos?, ¿es estéril?

Nefi en la visión que tuvo del sueño de Lehi, explica que muchos después de llegar al árbol, se avergonzaban a causa de los que se burlaban y se perdían. Y da también la clave, dice: "pero no les hicimos caso"

Hoy en día tenemos también personas que escuchan el evangelio y enseguida viene el malo y quita lo que fue puesto, personas que escuchan con gozo pero al poco tiempo se van y un grupo que se queda pero que los espinos no les dejan disfrutar del evangelio como podrían hacerlo, y que finalmente también se van, y también personas que se quedan, y dan fruto, a treinta, setenta  y ciento por uno.

En su visión de los grados de gloria el profeta Joseph Smith menciona que los que van a la gloria terrestre son los hombres buenos que no fueron valientes en el testimonio de Jesús. Aquellos a los que los espinos no los dejan crecer.

De ellos son quienes escuchamos frases como, no voy porque no recibí un llamamiento, o no me saludaron, o no tengo con que ir. Aquellos que permiten que una taza de café, un programa de televisión, o el cansancio no les dejen alcanzar las bendiciones. Aquellos que por un error ortográfico o medio litro de crema apostatan.

Y la pregunta  es ¿cuándo fue la última vez que desyerbé o aboné mi corazón?

Una de las mejores formas de hacerlo es participando dignamente de la Santa Cena cada domingo, cuando por medio de las llaves del obispo, son remitidos nuestros pecados de los que nos hayamos arrepentido a Aquel que pagó por ellos, para que sean perdonados.

Por último, Nefi pregunta:  Y ahora bien, amados hermanos míos, después de haber entrado en esta estrecha y angosta senda, quisiera preguntar si ya quedó hecho todo. He aquí, os digo que no; porque no habéis llegado hasta aquí sino por la palabra de Cristo, con fe inquebrantable en él, confiando íntegramente en los méritos de aquel que es poderoso para salvar. Por tanto, debéis seguir adelante con firmeza en Cristo, teniendo un fulgor perfecto de esperanza y amor por Dios y por todos los hombres. Por tanto, si marcháis adelante, deleitándoos en la palabra de Cristo, y perseveráis hasta el fin, he aquí, así dice el Padre: Tendréis la vida eterna.

Que el Señor nos ayude a perseverar hasta el fin, para que alcancemos la meta.


jueves, 13 de junio de 2013

Arrepentimiento y Perdón



Las escrituras están llenas de reiteradas promesas de recibir el perdón de nuestros pecados, un perdón amplio y completo, que está a disposición de todos los que hemos pecado alguna vez; sin embargo ese perdón está condicionado a que nos arrepintamos de nuestros pecados y faltas.


El arrepentimiento es mucho más que dejar pecar (dejar de hacer lo que está mal, o empezar a hacer lo que está bien), es un cambio en el corazón, un cambio que solo Dios puede realizar, pero que nosotros debemos permitirle hacer, y generar las condiciones que le permitan hacerlo.

¿Como le permitimos hacer el cambio? Alguien enseñó que lo único que realmente es nuestro es nuestra voluntad, debemos poner en el altar del sacrificio nuestra voluntad y rendirla a Dios, debemos desear sinceramente y con todo nuestro corazón que Él haga ese cambio. A Ezequiel dijo: Y os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Alma enseña además que este  cambio es un proceso y que no es permanente, sino que debemos trabajar por no perder este cambio.  Y ahora os digo, hermanos míos, si habéis experimentado un cambio en el corazón, En su modelo de oración, dijo el Salvador: Hágase tu voluntad y en su oración intercesora por vuelve a decir pero no se haga como yo quiero, sino como tu.

Alma pregunta y si habéis sentido el deseo de cantar la canción del amor que redime, quisiera preguntaros: ¿Podéis sentir esto ahora? ¿Puedo sentir eso ahora? En la Liahona de Agosto de 2012 , hay un mensaje del Élder  D Tad Callister de los setentas, donde menciona que una pregunta que le hacían con frecuencia los misioneros cuando era presidente de misión, era ¿cómo se que he sido perdonado? él menciona que si podemos sentir el Espíritu cuando oramos, leemos las escrituras, estamos en una reunión de la iglesia, entonces dado que el Espíritu no puede morar en templos impuros, eso quiere decir que hemos sido perdonados o que estamos en el camino correcto para lograrlo.

en DyC 64:10 dice: Yo, el Señor, perdonaré a quien sea mi voluntad perdonar, mas a vosotros os es requerido perdonar a todos los hombres. Esto implica perdonarnos a nosotros mismos, en una charla fogonera del SEI en Marzo de 2009 el Robert D. Hales del Quórum de los doce dice: "No hay nada más triste que pasar la vida presente abrumado por las decisiones del pasado. Lo que tienen que recordar del arrepentimiento es que uno de sus elementos es el perdonarse a uno mismo, el desprenderse de ello y el Señor no lo traerá a nuestra memoria. Recuerda que no hay nada que hayas hecho que te impida abandonarlo."

Esta es una de las partes más difíciles del proceso de arrepentimiento es precisamente esa, la de perdonarnos a nosotros mismos, casi siempre somos jueces severos, lo cual implica que estamos siendo en cierta forma orgullosos pues nos negamos a dejar atrás algo que el Señor desea que dejemos atrás.